Por eso es importante que estudies las alternativas disponibles en el mercado asegurador, haciéndote preguntas como: cuál es tu necesidad actual, qué te lleva a evaluar un seguro, por qué y para qué usarás el seguro, para cuándo lo necesitas y cómo te gustaría que te ayude.
Para responderlas y, en consecuencia, contratar el seguro que mejor se adecue a lo que buscas, ten claras estos cinco aspectos que explicamos a continuación.
Un seguro es un producto pensado como un mecanismo de protección para ti y tus seres queridos. Teniendo en mente que la naturaleza de estos productos es de largo plazo, son cinco los aspectos que te recomendamos considerar cuando decidas contratar uno:
Edad – Mientras antes contrates un producto de protección, mejor. Así te preparas para enfrentar un imprevisto, te vuelves más consciente de las posibilidades o riesgos que existen, y vives con la tranquilidad de estar protegido.
Además, existe una relación directa entre edad y problemas de salud. Mientras más joven contrates un seguro de vida o de salud (puedes hacerlo desde que cumples la mayoría de edad), accedes a mejores coberturas y a primas más convenientes que si lo hicieras con una edad más avanzada. Es más, si dejas pasar muchos años podrías llevar contigo enfermedades que se transformarán en preexistencias a la hora de contratar un seguro.